15.5.08

Una gran noticia...

Sí, reconozco que me quedé estupefacto cuando la leí. Todos conocen al señor George W. Bush, a ese forajido que país que no le gusta país que torpedea hasta saciarse. Bueno, vamos allá. Hace poco estuvo con su Santidad. Besitos y de todas esas cositas que se hacen en la intimidad de los más altos altares. Sin embargo, la noticia que me ha dejado con las manos temblorosas, sudorosas y un poquito atrofiadas es la de la boda de su hija menor. "Un tornado estuvo a punto de cancelar el enlace matrimonial de la familia presidencial de EE UU". Varios medios de comunicación, en sus páginas internacionales, colocaron ese titular antes que el del terremoto de China. Pero todo tiene explicación: los chinos son millones y Jenna Bush sólo hay una. Olé lo salao que son los editores. No obstante, el subtítulo de la new también era clave, era de interés público mundial: "la primera dama rompió su silencio y confesó que les hizo temer por la boda". Os voy a dar la explicación del por qué un hombre con cargo responsable y sin tarjeta joven de descuentos, optó por declarar a este tema más trascendental que el otro. Podía ser viernes y le había llegado información secreta acerca de que el evento se celebraba en el racho de los Bush; temor por el valor añadido del apellido Hager (Henry es el hombre que pasó la primera noche de bodas con Jenna y tiene muchos rascacielos); saber que la cena había tenido ensayo previo; que 200 personas de las más ilustres estaban invitadas; que había flores silvestres y que estaban los hermanos de George y los primos de Barbara. Sí, sí todo lo que ustedes quieran. Lo cierto es que colocó esa noticia porque la gente lo que quiere leer es farándula. ¿Cuál era el programa de Tele5 con más audiencia hace tres años? El Tomate. Ahí está la repuesta.

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