¿Es sabia la naturaleza?

Tras ver esta imagen, me pregunté: ¿mi madre me parió o fue mi padre? En la fotografía no retocada con Photoshop aparece el primer transexual del mundo, de Oregon (EEUU), que ahora mismo está en estado desde hace cinco meses. Sin embargo, el pelo de sus axilas denota que hay algo diferente. Sí, aunque haya que frotarse los ojos, un hombre va a ser papá sin saber cómo darle teta a su hijo. Paradojas de lado, este sujeto que se llama Thomas Beatie, que por supuesto nació siendo mujer, después de comerse cajas y cajas de hormonas ha visto cumplido su sueño a costa de los prejuicios que el día de mañana caerán sobre su pequeña o pequeño. Por haber conservado sus órganos y al dejar de meterse testosterona como chocolate milka, este individuo rompió las reglas de la madre naturaleza. El resultado salta a la vista. Dará a luz teniendo el aspecto físico de un tío. Olé por la sociedad.

La Carla de todos

Si hay belleza hay deseo. Los políticos que viajan de visita oficial a Francia, a la nación de Asterix, se encuentran con la diosa del placer. Carla Bruni los tiene a todos hechizados bajo el influjo de sus más que patentados encantos. Así le ha pasado al primer ministro inglés que, tras flirtear con la esposa de Sarkozy, ha tenido los ojos fijados en su gran delantera. En una visita que buscaba acercar posiciones en materia de cooperación nuclear e inmigración, estos dos países, alejados diplomáticamente desde los desencuentros entre Jacques Chirac y Tony Blair, se han estrechado las manos gracias a la primera maravilla de Dios: la mujer. No obstante, la historia no tiene fin. Entre sus víctimas, Carla tiene el currículo de haber dejado más tiesos que la mojama a Carlos de Inglaterra y al duque de Edimburgo. Sin embargo, a esta princesa gala, como definen los tabloides del país vecino, no le gusta la carroña, sino el caviar.

Este hombre es un genio

Si hace un par de semanas conocimos que al gobernador de New Yor le gustaban las prostitutas y las felaciones de una joven veinteañera, hoy ha salpicado otro chorrito de glamour en Inglaterra. El ministro de economía británico, envidioso por lo de su homólogo americano, ha decidido subirse al trono de la nocturnidad, aunque se ha caído de pronto, dándose de narices contra sus propias leyes. Alastair Darling, casi un nombre de whisky, tiene que cumplir una pequeña condena por haber incrementado el impuesto sobre alcohol en la isla que una vez intentamos conquistar los españoles de un plumazo. Un pub de Escocia ha decidido vetarle la entrada por "cabrón" y por el siemple hecho de joderles la existencia. Y es que cuando metes un dedito en el trasero de un gremio, éste suele darte un par de guantazos. Así ha ocurrido con este sujeto que, hoy por hoy, ha tenido el coraje de incrementar cinco céntimos de euro el coste de una caña. El vino, el líquido que vuelve loco a alemanes y a todo aquel de piel aria, también ha subido, exactamente 17 céntimos. Olé por este señor que tiene este par de narices para tomar estas decisiones y aguantar la embestida de los bravos borrachos ingleses.

La lista negra del PSOE

Dicen las malas lenguas que Zapatero está en Cazorla recomponiendo su equipo. La lista negra, renglón por reglón, está mas que confitada. El ministro Bermejo, que ha traído de cabeza a los funcionarios de su rama desde el pasado 4 de febrero, se va a caer de la próxima convocatoria. Ya no hay opción a fallo posible. Por lo tanto, otra de la caras que será borrada de un plumazo es la de Magdalena Álvarez, una ministra de Fomento que se ha gastado más en anunciarse que en arreglar las chapuzas de Barcelona. Pero como el catalán es el catalán y según Laporta es un estado independiente, ha invertido todo el dinero del erario público, el que le ha sobrado después de los arreglos de Bermejo (obras del ático de más de 250.000 euros), en tapar los socavones de Topo Gigio o de Maragall. En fin, que estamos en la parrilla de salida, aunque esta vez sin dos individuos que parecían ser ases hace cuatro años y que ahora, como la metamorfósis de la mosca Maya, han sido envueltos por Zapaterovich. Blanco, Rubalcaba y Pepiño, a la sombra de González, dirigirán una nave, con el escudo de una rosa marchita, a los únicos puertos que la reciben: el de la Ciudad Condal y el de Cádiz.

Rajoy: cuando el ser no puede ser

Dos debates mal televisados, donde las gallinas danzaron de cámara en cámara, dejaron claro la necesidad de un relevo generacional. "El barbas", un hombre cariñoso y demasiado bondadoso, recibió una paliza que no llegó por el don de la palabra, sino por el de la juventud. Un rival sin nombre ni argumentos, que ha dilapilado todo lo hecho por los demócratas en la Constitución del 78, acalló a lo más escépticos que presagiaban la victoria del ermitaño contra Mr.Bean. Sin embargo, la lógica se antepuso a la razón. Un escaparate de promesas barrió a un programa sólido, demostrándose la famosa Ley de Zapaterfhy: las personas son esclavos pagados y hay que ofrecerles carnaza con la que puedan soñar. Sí, señores, así está la sociedad. Donde unos tienen todo y a otros les falta todo. Por eso, en un cara a cara olvidado, ahora queda la resaca, que no es otra cosa que esperar los típicos pactos nacionalistas. Y de trasfondo, un partido nuevo y de una doncella exrojilla, UPYD, ha dado el susto. Digo susto porque una pequeña parte de este pueblo que está más divido que los antiguos países de la URSS, ha "ganado" un escaño para intentar boicotear a los que consideran una comunidad su nación. Franco, otro quijote en la bitácora, nunca lo permitió, eso sí, asestó miles de puñaladas en los corazones de las familias españolas. El cambio en la política debe arribar cuanto antes para no convertir el Congreso en un establo derruido, lleno de yeguas a punto de arrodillar las patas. Hay que mirar a EEUU, que suele traernos malos ejemplos pero que, a veces, nos sorprende. Los españoles, al igual que los desaguisados americanos, tenemos el derecho de votar internamente al candidato que queremos. Pagamos impuestos, vemos a una selección derrotada, atentados cobardes y sabandijas infectas pegando tiros en la nuca. Hay que cambiar de modelo y eso únicamente llega con la educación. Una educación que nuestros políticos convierten en inaccesible. Por eso, mientras esta materia esté en el fondo del abismo, nunca seremos libres para pensar y tomar nuestras propias decisiones. Al igual que en el debate entre Zapatero y Rajoy, donde tenían las cámaras más estudiadas que un calvo el pelo que ve todas las mañanas, todo está más manipulado que la información de los medios de comunicación. El pastel cambia cada cuatro u ocho años. Y nosotros, como borregos, lo aceptamos. Una bizarrería