26.3.08

Rajoy: cuando el ser no puede ser

Dos debates mal televisados, donde las gallinas danzaron de cámara en cámara, dejaron claro la necesidad de un relevo generacional. "El barbas", un hombre cariñoso y demasiado bondadoso, recibió una paliza que no llegó por el don de la palabra, sino por el de la juventud. Un rival sin nombre ni argumentos, que ha dilapilado todo lo hecho por los demócratas en la Constitución del 78, acalló a lo más escépticos que presagiaban la victoria del ermitaño contra Mr.Bean. Sin embargo, la lógica se antepuso a la razón. Un escaparate de promesas barrió a un programa sólido, demostrándose la famosa Ley de Zapaterfhy: las personas son esclavos pagados y hay que ofrecerles carnaza con la que puedan soñar. Sí, señores, así está la sociedad. Donde unos tienen todo y a otros les falta todo. Por eso, en un cara a cara olvidado, ahora queda la resaca, que no es otra cosa que esperar los típicos pactos nacionalistas. Y de trasfondo, un partido nuevo y de una doncella exrojilla, UPYD, ha dado el susto. Digo susto porque una pequeña parte de este pueblo que está más divido que los antiguos países de la URSS, ha "ganado" un escaño para intentar boicotear a los que consideran una comunidad su nación. Franco, otro quijote en la bitácora, nunca lo permitió, eso sí, asestó miles de puñaladas en los corazones de las familias españolas. El cambio en la política debe arribar cuanto antes para no convertir el Congreso en un establo derruido, lleno de yeguas a punto de arrodillar las patas. Hay que mirar a EEUU, que suele traernos malos ejemplos pero que, a veces, nos sorprende. Los españoles, al igual que los desaguisados americanos, tenemos el derecho de votar internamente al candidato que queremos. Pagamos impuestos, vemos a una selección derrotada, atentados cobardes y sabandijas infectas pegando tiros en la nuca. Hay que cambiar de modelo y eso únicamente llega con la educación. Una educación que nuestros políticos convierten en inaccesible. Por eso, mientras esta materia esté en el fondo del abismo, nunca seremos libres para pensar y tomar nuestras propias decisiones. Al igual que en el debate entre Zapatero y Rajoy, donde tenían las cámaras más estudiadas que un calvo el pelo que ve todas las mañanas, todo está más manipulado que la información de los medios de comunicación. El pastel cambia cada cuatro u ocho años. Y nosotros, como borregos, lo aceptamos. Una bizarrería

2 comentarios:

Anónimo dijo...

creo q esres un gilipollas y te mereces la mismisima mierda.

Anónimo dijo...

demasiado largo y aburrido.