¿Un pirado mental?

Cuando trabajas y estás en estado de hipnosis profunda, te puede pasar cualquier cosa que te deje anonadado. Hoy, en la redacción, un hombre de unos cuarenta años de edad, que decía ser juez, tocó a la puerta y tras recibirlo me afirmó: tengo una gran historia que contar. Sin prisas que perder, ya que estaba a punto de hacer la típica reunión matinal para colocar los temas importantes del día en el casado, invité a entrar a un sujeto extraño por sus ojos (los tenía a punto de estallar). Rápidamente, inició la conversación con una frase de chiste: "he soñado que China iba a invadir EEUU en 2010". No sabía como tomarme esa broma o esa primicia que me había dado un hombre que aparentaba ser de todo menos alguien que se dedica a pelear por los derechos humanos. Tras esa joya en palabras, me narró que había llamado a la Casa Blanca para contarles tal historia que bien podría ser de Steven Spielberg. También que se había gastado parte de sus ahorros en intentar sacar a la luz sus "visiones". Así que después de invitarle a que me escribiese a mi correo y de escucharle con todo el respeto del mundo, bajé a toda prisa a la calle. ¿Para qué? Para comprarme un Cupón de lotería por si las dudas. La moraleja de este tostón de texto tiene que ver con saber escuchar. Todo individuo en la vida merece una oportunidad, sea cual sea su relato. En este caso me pareció poco verídico, pero ahí están sus huevos por tener el valor de presentarse en una redacción y soltar semejante cuento.